Bajo ese interesante título, disfrutamos en nuestra sede de una nueva actividad comentada.
En nuestra reunión habitual de los lunes, el pasado día 16, tuvimos la oportunidad de escuchar a nuestro compañero Antonio Soriano, que nos contó las claves de su trabajo fotográfico, ilustrándonos con una colección extraordinaria de imágenes.
Antonio nos habló de forma animada de la forma en que las había obtenido.
Para él, cada fotografía nace de la emoción ante una visión. Incansable viajero y caminante, Antonio escruta con su mirada lo que luego será una obra fotográfica. La percepción de un momento, de un lugar, de una atmósfera, se transforma mentalmente en el resultado final. Así viene la toma, el ángulo, la perspectiva ….
Sobre esta captura vendrá el posterior trabajo de procesado, destinado a conseguir la imagen que originalmente vio, a resaltar las líneas que den fuerza al conjunto, a aislar al protagonista de la toma … tramas, clonados, juegos de color … hasta conseguir la fotografía deseada, la que le provocó ese momento de emoción que intentó captar.
El resultado son paisajes inventados sobre imágenes reales, en la que las escasas figuras humanas que capta son un elemento más de la historia, de lo que había visto antes de apretar el disparador.
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