El pasado jueves día 11 de abril, como ya se anunció, tuvimos la oportunidad de asistir a una visita guiada sobre la Exposición fotográfica Paisajes Pensados en el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (MEIAC) de la mano su autor, José Manuel Ballester.
En esta exposición, la pintura figurativa de Godofredo Ortega Muñoz (San Vicente de Alcántara (Badajoz) 1899 - Madrid 1982) se pone en relación con la fotografía de José Manuel Ballester (Madrid 1960).
Ballester, Premio Nacional de Fotografía 2010, ha recorrido la obra de Godofredo, empapándose de ella, para realizar su propio viaje expositivo, buscando puntos de encuentros o de divergencias y plasmándolo en una serie de fotografías que, como él dice, no han sido hechas copiando o recordando las pinturas de Godofredo, sino dejándose acompañar por el “estímulo provocado por …” las mismas.
Es sabido que Godofredo no pintaba del natural. Sus paisajes son el resultado de los diferentes estímulos y sentimientos recogidos en sus paseos campestres, que sintetizaba en los elementos estructurales del terreno: el primer plano, el fondo, las líneas resultado de la mano del hombre… de esta manera el resultado era siempre un paisaje “inventado”, un paisaje que no existía en ninguna parte, solo en la mente del artista, que lo plasmaba en sus lienzos. Ballester, tras asimilar esas sensaciones, ha construido su propia obra buscando ese sentimiento.
El resultado es una exposición impactante pero tranquila, que nos invita al paseo y a la reflexión.
Acompañados del comisario de la muestra y Director Artístico de la Fundación Ortega Muñoz, Javier González de Durana Isusi y de José Manuel Ballester hemos visitado la exposición “Paisajes Pensados” escuchando sus comentarios y explicaciones, y entablando conversación sobre la obra de ambos y sobre los estímulos y sensaciones que nos llevan a plasmar algo en un lienzo o en una fotografía, sobre los paralelismos, las divergencias y las aproximaciones de los diferentes puntos de vista artístico.
Godofredo Ortega Muñoz fue un pintor “moderno” en su época, que rompió los estilos imperantes, los que llevaban a muchos a hacer una pintura “bonita” o comercial. Sin dejar su figurativismo, en el que siempre se sintió cómodo, evolucionó en su estilo conceptual y sintético, que nos remite a movimientos como la abstracción, el expresionismo e, incluso, el cubismo.
Sobre este espíritu Ballester, sin copiar a Godofredo, sigue su propio camino con técnica fotográfica estableciendo la aproximación y el contraste que marcan la obra de dos artistas separados en el tiempo, pero unidos en un diálogo conceptual atemporal.
En resumen, hemos disfrutado de una visita muy agradable e instructiva, como se puede apreciar en la galería de fotos:
Si no has podido asistir a esta muestra, en la web del artista aún la puedes ver.
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